Por todo lo antes mencionado el hombre derivado de estas relaciones interpersonales crea vínculos, que le ayudan en su proceso evolutivo, acompañándolo desde su gestación, su nacimiento, su desarrollo y en sus pérdidas. Es a partir de este momento que ante el rompimiento de alguno de estos vínculos, surge una etapa de actividad emocional la cual se denomina duelo.

Dependiendo del tipo de pérdida, son las afectaciones que sufre el doliente, si la pérdida es a causa de la transición (muerte) de un ser amado, todas las dimensiones del individuo se ven afectadas, llegando a un nivel en que se considere incapaz de superarlo, desarrollando de esta forma un duelo patológico que debe ser intervenido por un especialista tanatólogo para ayudarle en su restablecimiento.

Pero ¿qué es el duelo?
En términos de nuestra cultura el concepto de duelo es el conjunto de procesos psicológicos y psicosociales que acompañan a la pérdida de un ser querido. Este concepto proviene del latín “dolus” que significa dolor es un afirmación tras la pérdida que estamos experimentando.

De acuerdo con la Rae el duelo es:

  1. Dolor, lástima, aflicción o sentimiento.
  2. Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien.
  3. Reunión de parientes, amigos o invitados que asisten a la casa mortuoria, a la conducción del cadáver al cementerio o a los funerales.

De acuerdo con el investigador J. Bowlby quien define al duelo como: el conjunto de los procesos psicológicos conscientes e inconscientes ante la pérdida de una persona que amamos.

El duelo es considerado una experiencia dolorosa acompañada de desconsuelo, resentimiento, ira en algunas ocasiones; por causa de la pérdida de algo o de alguien muy valioso para el individuo, no es considerado un suceso patológico, sino un indicador de amor por la “persona u objeto” que conllevo a tener la ausencia, por ello podemos afirmar que no hay amor sin duelo por la pérdida.

Pero que tipos de ¿qué tipos de duelo existen?
Existen diferentes tipos de duelo y estos se dan de acuerdo al tipo de pérdidas que hemos tenido, en este artículo nos enfocaremos a los tipos de duelo por pérdida de un ser querido; entre ellos mencionaremos los siguientes:

Duelo normal, duelo patológico, duelo anticipatorio, duelo crónico, duelo congelado o retardado, duelo enmascarado, duelo exagerado, duelo ambiguo, entre otros.

Duelo normal:
Es el más habitual y cuando el individuo lo está transitando presenta algunas alteraciones en sus diferentes dimensiones y l algunos síntomas como:

  • Conmoción e incertidumbre ante la pérdida.
  • Dolor y malestar.
  • Sensación de agotamiento.
  • Pérdida de apetito, pesos, sueño.
  • Falta de concentración.
  • Culpa, rabia, ira.
  • Negación.
  • Delirios y alucinaciones con el trascendido.
  • Filian con el trascendido, entre otras.

Duelo patológico o complicado:
Es cuando la sintomatología es muy intensa se ha prolongado por más tiempo (seis meses) o la reacción del individuo ha sido tardía, este término también se aplica cuando el deudo no ha sido capaz de trabajar su proceso de duelo a pesar del paso del tiempo, en algunos casos han pasado varios años para superar esa pérdida tan grave, como lo es caso de una madre que pierde un hijo.

Duelo anticipatorio:
Es cuando el deudo anticipa el dolor de la pérdida de su familiar, sin que esta haya ocurrido, esto sucede ante el diagnóstico de una enfermedad terminal, aunque no haya trascendido el paciente, sus familiares cercanos se están adelantando y fortaleciendo su adaptabilidad a su va a suceder.

Duelo crónico:
Es cuando el deudo muestra aferramiento al dolor aunque haya pasado varios años, todo esto está acompañado de desesperación; el individuo es incapaz de recuperar su vida, está sumergido en los recuerdos con la persona trascendida, considerando que si hace cambios pueden ser considerados como una ofensa al fallecido.

Duelo congelado o retardado o duelo inhibido o pospuesto:
Se presenta cuando los deudos no manifiestan afectación o dolor alguno por la transición de su familiar, estableciéndose en el deudo un aplazamiento e insensibilidad expresiva, por ello existe un conflicto para expresar sus emociones, porque a los deudos les es complejo reaccionar ante la pérdida de su ser querido

Duelo enmascarado:
El individuo presenta síntomas físicos (somatizaciones) y su comportamiento le ocasiona angustia y problemas en su entorno, pero él no considera que se causado por la pérdida de su ser querido.

Duelo exagerado o eufórico:
Este duelo tiene tres formas de expresión que a continuación mencionaremos:

Intensa reacción al duelo:
Reconocer entre manifestación personal y la cultural.

Negando la realidad de la muerte:
Realidad paralela que el trascendido está aún con vida.

Reconociendo que la persona si trascendió:
Convicción excesiva de un beneficio para el deudo

Duelo ambiguo:
Esta es la pérdida que provoca en los deudos más ansiedad porque permanece por largo tiempo o infinitamente sin aclarar.

  1. En esta los deudos interpretan a su familiar como ausente físicamente, pero psicológicamente presente, sin tener la certeza si está vivo o muerto porque no tienen su cuerpo, debido a índoles diferentes como: catástrofes, accidentes en los que no se ha podido recuperar cuerpos, etc.
  2. En esta los deudos interpretan a su familiar como presente físicamente, pero ausente psicológicamente; estos casos suceden cuando el individuo trascendido físicamente ha sufrido algún daño cerebral o se encuentra en estado vegetativo, o padece algún tipo de demencia.

Para concluir podemos decir que los seres humanos desde nuestra primera infancia no hemos sido estimulados y acompañados para ser personas con identidad propia, sino como parte de un grupo, en este caso sería el seno de una familia, donde hemos aprendido a ser apegados con el clan, por este motivo cuando se presenta la transición de un integrante de la familia, tendemos al aferramiento porque no podemos desprendernos con amor y con dolor por la pérdida, pero con el cuidado y protección emocional individual, que cada uno de nosotros debemos de ejercer en primer lugar; sino estamos tan enfocados en el apego que es muy complejo tener un duelo normal.