Es primordial reflexionar sobre como valoramos todo lo que tenemos en nuestra vida, ya sean personas, objetos, animales, situaciones; apreciándolas y cuidando de ellas. Disfrutando del presente, instante por instante; sin olvidar la impermanencia, la transitoriedad y la finitud, y evitar más tarde sentimientos y emociones de culpa o arrepentimientos tardíos.

Pero ¿Qué son las pérdidas?

Concepto de pérdida
Es la ausencia o carencia de algo cuyo valor es significativo o fundamental en la vida de un individuo. Puede ser en diferentes formas como: pérdida de alguien que amamos, salud, trabajo, posesión material; la pérdida va acompañada de emociones y sentimientos como: tristeza, dolor, duelo, etc.

De acuerdo a la RAE (Real Academia de la Lengua Española) el concepto perdida significa:

  1. f. Carencia, privación de lo que se poseía.
  2. f. Daño o menoscabo que se recibe en algo.
  3. f. Cantidad o cosa perdida.

Como lo indica el Dr. Marcos Gómez Sancho, uno de los máximos referentes a nivel mundial en Medicina Paliativa, quien indica que: “La pérdida no está forzosamente ligada a la muerte que, sin embargo, constituye el paradigma del duelo. La muerte imprime al duelo un carácter particular en razón de su radicalidad, de su irreversibilidad, de su universalidad y de su implacabilidad. Una separación no mortal deja siempre abierta la esperanza del reencuentro”.

Pero ¿Cuál es la historia de la pérdida?
A lo largo de la historia la pérdida ha estado presente en las diferentes culturas que se han desarrollado a lo largo de nuestro planeta, porque es una constante en la experiencia de los seres humanos, quienes han desarrollado rituales y practicas funerarias para lidiar con el dolor por la perdida y el duelo. Pero gracias a los aportes que la psicología y la sociología han contribuido, la compresión de la perdida ha tenido una evolución favorable en las afectaciones que sufren las personas y en el acompañamiento para el proceso funcional de la gestión emocional.

Pero ¿Qué tipo de pérdidas existen?
De acuerdo con el escritor y Doctor en Teología Pastoral Sanitaria por el Camillianum de Roma, quien detalla las pérdidas en los cinco bloques siguientes:

Pérdida de la vida o relacionales: Puede ser de una persona allegada al doliente o del vínculo que existía entre ellos, de sí mismo cuando atraviesa el proceso de una enfermedad terminal, ejemplo:

Separaciones o divorcios.

  • Ser querido trascendido o persona con quien mantenía una relación ambivalente.
  • Abandono, carencia o distanciamiento afectivo en la niñez.
  • Diferentes tipos de abuso.
  • Cambios de lugar de residencia voluntario e involuntario.

Pérdidas de aspecto de sí mismo o intrapersonales o de identidad: Aquí principalmente nos enfocamos a pérdida de la salud física (partes de nuestro cuerpo), capacidades sensoriales, cognitivas, motoras, etc.; Asimismo, psicológicas o emocionales (pérdida de autoestima, valores, ideales, ilusiones, etc.)Ejemplos:

  • Desilusión por alguna persona cercana.
  • Desilusión por sucesos inesperados o cambios en la planeación de objetivos, renuncia a sueños, deseos o creencias.
  • Mutilaciones o disecciones alguna parte de nuestro cuerpo o enfermedad crónicos-degenerativa.
  • Cambios físicos, la salud, apariencia o fortaleza física, sexual, capacidades cognitivas, etc. Pérdidas objetos extremos: Pérdidas materiales, económicas, de trabajo, pertenencias, objetos, etc.

Pérdidas emocionales: Rupturas de parejas, amistades o familiares. Además con la forma en que se ha ocasionado la pérdida: el tiempo de relación, la intimidad y las circunstancias esa relación, lo inesperado de la pérdida, acompañado de un gran sufrimiento, desconsuelo, desestructuración y desorganización.

Pérdidas ligadas al desarrollo evolutivo: Estas pérdidas involucran un cambio psicosocial o de estatus, con estos cambios el individuo pierde una parte irrecuperable de sí mismo, generándole con esto crisis existenciales.

Por todo los antes mencionado podemos decir que las pérdidas son un proceso doloroso que todos los seres humanos experimentamos en todo momento de nuestra vida, por ello es necesario conocer que tipos de pérdidas existen, aprender a gestionar adecuadamente nuestras emociones durante estos procesos, entender que todo es parte del ciclo de la vida, porque: “Aprender a vivir es aprender a des prenderse”. Sogyal Rimpoché. El libro tibetano de la vida y de la muerte.

Bibliografía